Temporal sin tiempo

Temporal sin Tiempo (1985)

PRESENTACIÓN

El arte clásico aspiró a ver desnudas las cosas de la naturaleza. Estimó que la ropa es añadido innecesario. No desdeñó la imaginación, pero tampoco le dio más alas que aquellas proporcionadas por el buen sentido. Y para que no quede cabo suelto recordemos que ropa e imaginación crean atmósferas que no caben en lo clásico.

Temporal sin Tiempo nos toma de la mano y muestra el triunfo de la desnudez merced al cuerpo de una mujer enamorada. En todos los momentos del prodigio hay luz radiante, realizada en habitaciones silenciosas.

A partir de la suprema desnudez, Andrea Montiel enumera objetos y cosas a los cuales se les parece y se le parecen a efecto de dar poder a las imágenes de la escritura. No siempre nombra, más bien sugiere, pero lo hace desde posiciones en las cuales la omisión se revela mejor a título de bajo relieve con delicados tonos eróticos.

Los sentidos discurren sin forzamientos, transparentes. Ellos nombran a su vez a los elementos favorecidos por las preferencias de la autora, todo mediante el uso de palabras justas en sus pesos y medidas. Los sustantivos andan, los adjetivos vuelan y las adverbializaciones hacen inferir delicias de un mundo en el que los panales penden de una abeja. No tropieza, pues, con los términos con los cuales vierte su mundo marino.

Nausicaa ella misma, nos convida a recorrer los mares del goce traducido en yerbas de olor, pequeños animales, astros. Este caudal de heterogéneo signo es parte de su cabellera inundada en cada una de sus hebras por un vino guardado en ánforas de Naxos.

Puesta al timón, descubre en la lejanía los hermosos promontorios sobre los cuales se magnifica en placer. Aquella isla, dice, es el gusto, y las de más allá, el oído, la vista y el olfato. Con anterioridad ha nombrado el tacto realizándose sobre la piel húmeda del amante, y todo dicho por la vía de versos cortados en sus medidas cabales, vaciados en ritmos que no van ni regresan sino están. Palabras que no contradicen su fluir por la gracia del discurso ritmado con oficio y vigilancia.

Y qué bien sabe interrogar. Nunca espera respuesta, sólo inquiere pero comprende que el amor solar repele el esoterismo que conlleva toda respuesta. Pregunta una, dos, tres, mil veces, con afán de llevar los silencios de la cámara nupcial, justamente a título de complemento de la respiración de quien, a su vera, duerme fatigado después de las batallas de amor. Pero ella vela y mientras lo hace, las abejas del sentido le sugieren canciones para ser inscritas en vasos transparentes.

La magnificación de la realidad estriba en el sentido clásico de inmortalizar lo transitorio. El erotismo en su concepción clásica, es emparejar lo efímero de la vida humana merced a placer de los sentidos, con la desmesura de los dioses inmortales.

Temporal sin Tiempo por el título quiere definir una paradoja, tal vez haya de lograrlo, tal vez no sea así, lo importante es la realización del periplo en la barca de la que Nausicaa es timonel, y los mares de hirvientes olas yendo y viniendo por las islas y otros accidentes geográficos del cuerpo.

Nausicaa, eso es; y cada lector algo más algo menos, que Ulises saliendo de las aguas vestido con sus desnudez y yendo al encuentro de la doncella que lo convida a partir hacia tierras desconocidas.

Lector, Andrea Montiel tañe en este libro un instrumento afinado en la más intensa y humana tonalidad. Léelo y escúchalo, para el caso es lo mismo, y habrás de agradecer siempre estos versos:

TENGO LA CABELLERA
enmarañada de sexo
amor entre los dientes …

CARLOS ILLESCAS

El Rosedal, Coyoacán, 28 de febrero de 1985.

algunos poemas

TENGO LA CABELLERA
enmarañada de sexo
amor entre los dientes

tarde de aceitunas
miel en mis pezones

no quiero dejar de empaparme
en el rocío que cubre
el continente de tu torso

bravío combate
diálogo perfecto

LA SACIEDAD NO EXISTE
el amor brota con cualquier pretexto

no me basta el tiempo
me alimentas

te padezco

quisiera poseer
los tentáculos del mar
para acariciarte

TÚ EL PRINCIPIO
yo el medio
tú el final
yo el epílogo

tu cuerpo marea
de mis playas

embarcaciones
sin timón
sin rumbo fijo

navegamos
por todos
los rincones
esparcidos
en este amor de temporal sin tiempo

TU BOCA ES EXCESIVA
frutada y lacerante
boca animal que tiene una colmena
en viaje de marfiles
oasis opalino aferrando mi vagancia

tu boca es excesiva
caracola sonora
torrente desnudez que roe las palabras

tu boca blanda de aguijones
mediatarde de astillas
confunde la noche y la vuelve marina

pinza que apresa y dice más callada
abierta es una gruta rezumante de sueños
cerrada es horizonte de sosiegos

tu boca es excesiva
cicatriz en mis labios
memoria derramada como filosa guadaña

TENGO LAS MANOS EN ESTADO DE SITIO
me cubre un dolor de besos resecos
y un espejo translúcido
que ya no te refleja

mi cicatriz es de plata

me prohíbo que la toquen
le prohíbo que florezca

mas brilla entumecida
como una saeta