AMIGO, ESCRIBIDOR Y TORERO
No hay fin, ni siquiera inicio,
es el giro de uno mismo dentro de algas y árboles submarinos.
Son las marejadas, los peces y el reencuentro con el tumbo de una ola.
Rafael Ramírez Heredia
Entre tu libertad de viento y tu encierro de agua la vida te presta esa pasión de sangres ayuntadas. Ahí aparecen tus domingos taurinos tus encuentros el Coyoacán que contigo camina junto a tus personajes y fantasmas. Algunos habitan casas de luz y otros su cansancio y hartazgo entre calles por las que merodean hasta que la muerte les sorprende. Con ellos entregas tu soledad y tu ritmo entrelíneas. Con ellos te acompañas e inventas un mundo endemoniado de palabras de ráfagas y cedros de olor a mar a vino a nombres afiebrados añoso mundo donde cosechas llamas y frescura entierras los retazos de aquello que aborreces y te pierdes en la espiral de la memoria. Genuino inverosímil desbocado mundo el de tu libertad de viento y tu encierro de agua.