Las divinas mutantes

 Ebria en tu cabellera de vino tinto,
 en el mareo de estar en ti
 me siento un blues de elegantes compases,
 una nota sola en la samba de tus labios.
  
 Dedícame la canción de sal y néctar de tus muslos,
 sé música a mis ojos
 silencio consternado
 ruido absoluto en mis insomnios.
  
 Sé todo junto y colabora
 un poco más con mi locura.
  
 Pinta sobre un muro
 un colorado sol y en desbandada,
 mándame nubes de palomas mensajeras
 con tu misiva intrusa orquestando mis sentidos.
  
 Yo, escribiré con tinta
 hecha de mi sangre:
  
 bébeme,
 invade con tu sed
 mis manantiales. 

Andrea Montiel