TODOS SOMOS SOLEDAD EN EL DOMINGO
¿Sabes pegar un botón en domingo?
Carlos Illescas
A mi amigo el poeta le duelen los domingos le estorban los domingos. Pero él no sabe que a todos ha pasado desesperar de hastío pensar por un momento en el suicidio o recordar llorando el amor más fuerte cuando niños. Él no sabe que todos somos soledad en el domingo buscando la mano de los otros y en el lamento que a sí mismo se destroza la memoria dictándonos el drama de ese día. Tal vez no es el domingo, amigo mío, sino el silencio ese ruido interior que tanto enseña y tanto duele. Mas para ese dolor no hay medicina. Es el dolor viajero en las edades el que siempre ha vivido con el tiempo habitante en las carnes de los siglos. Por tres monedas se le niega o se le evade con la risa y se le inventa un nombre ajeno. Allí está como una llaga eco del eco en la garganta de los días en el andar que vive en cada paso y sólo muere con la muerte. No hay medicina, amigo mío, para el dolor que es ser en la existencia.