UN DEMIURGO EN SU RAIGAMBRE DE ÁNIMAS

a Hugo Argüelles
fragmento

 Demiurgo
 titiritero de almas
 que mueves el tinglado
 con hilos invisibles.
  
 A través de tu mirada bisturí
 mitad demonio-mitad ángel
 diseccionas la magia incontinente de la vida
 y no logras explicarla
 sino a través del implacable destino.
  
 Los muñecos de alambre y yeso
 los personajes y protagonistas
 los objetos-figuras
 que articulas en tus manos
 te aprisionan
 hasta que los vuelves carne
 y respiran con tu sangre.
  
 Fascinados se miran al espejo
 observando las tertulias de sus días
 y la vida que les prestas con tu tinta.
  
 Extrañados y confusos te preguntan:
 ¿por qué me inventaste nómada escapando de mí mismo?
 ¿porqué escapando de mi suerte con mi suerte me encuentro?
  
 Contéstanos entre tu noche y el abismo de tus argumentos.
  
 Creador enfurecido
 tétrico y jocoso
 irónico y mordaz
 dicharachero
 absurdo y diabólico:
  
 Tú confrontas lo maravilloso y lo maligno
 tú inventas divertimentos que dan a luz
 mundos repulsivos
 mundos desiertos y desolados
 mundos enemigos y esclavos
 devastados
 roídos
 mundos donde viajan los vientos
 entre un olor a hierba que convierte
 los rumores en presagios.
  
 Tú inventas tiempos donde desciende la neblina
 y todos desaparecen
 ayudan a bien morir
 o matan el mito que algún día construyeron.
  
 En ningún lado hay sitio para la esperanza.
  
 Tú escudriñas tiempos
 y construyes un hoy hecho de historia
 de memorias que atesoran basura de recuerdos.
  
 Tú cantas a la entraña podrida de tu pueblo
 lo miras asfixiado
 lo rescatas delatándolo
 hombre-hembra el pueblo
 fantasma del fanatismo
 de los prejuicios y chismes
 de usureros y corruptos
 de artimañas perversas
 y de la soledad donde se unen
 la piel blanca y aquella de barro y bronce.
  
 La soledad se transforma en dogmas
 que aniquilan espíritus
 que mancillan fe y creencias
 y ahí van tus personajes:
  
 las quimeras que lanzan el cielo en tierra y lo vuelven infierno
 los que se consumen en sus propios deseos
 los que necesitan creer en algo superior que los domine
 los que entierran a Dios
 los que se bastan y sobran a sí mismos
 los que juegan con su miedo.
  
 Tú juegas con la historia de los siglos
 a la magia del pasado le apuestas
 y en una detonación de sorpresas
 nos haces cruzar pantanos por los que se asoman los ideales.
  
 Entre tus líneas surge el dolor
 que se dibuja detrás de la poesía.
  
 Tus diálogos como en una lucha de dagas
 tiran a matar
 y a través de tus alegrías infernales
 de tus infiernos fiesteros
 el corazón impávido se detiene
 mientras las gargantas ríen.
  
 Y cuando tus dramas finalizan
 el dilema aún respira.
  
 A puñaladas nos incrustas el silencio.
  
 Lo monstruoso es una broma.
  
 ¡Cuánta negrura y cuánta mala estrella
 en este sinsentido que es la vida!
  
 A veces en el camino tomas atajos
 el de la adivinación y la clarividencia
 el de la intuición y el presagio:
  
 ...se viene a la vida para inventar un sueño
 para hundirse en su misterio
 e intentar ser escuchas del silencio...
  
 Y sin detenerte
 con tu pluma llevas el juego
 el rito
 el festín de la existencia
 con ella nos invitas
 a la celebración ininterrumpida
 de la muerte
 frente a frente la miras
 la muerte es blanca
 altísima y profunda
 montañamar misteriosa
 muerte perfecta
 muerte viva que nos ama
 y en tierra nos mantiene.
  
 Con su amor nos transforma
 con su poesía nos renace
 muerte festiva la de aquellos que se aman
 y de la mano su sangre drena fascinada
 entre el éxtasis y el exterminio
 entre la asfixia y el vértigo.
  
 Demiurgo
 prosigue en búsqueda de los seres que te habitan.
  
 Exígeles revelaciones y demostración de sus secretos.
  
 Encarna sus fantasmas
 diséñales la trama
 la raigambre de sus caminos.
  
 Constrúyeles un alma.
  
 Prosigue advirtiéndoles que sólo el amor perdura.
 Que es el amor la luz con la que partiremos.