EL DÍA DEL DERRUMBE
Cuento publicado en la Revista Foro de la vida judía en el mundo septiembre 2008
Las dimensiones exactas. Eso hubiera deseado tener para no andar por los caminos o llegar a sitios donde no pertenecía. Sin embargo, aunque no lo deseaba, trepó montañas, se topó con árboles, corrió con la suerte de no caer y ahogarse en algún ojo de agua.
En ausencia del viento se mantuvo quieta, silenciosa. Al paso de los años, la vida la llevó a detenerse en algunas ferias donde fue pisoteada por niños, caballos y atropellada por las ruedas de automóviles e inmensos tractores. Varios días sufrió la humedad que le impregnó la lluvia. Imaginó que con ello crecería como las plantas. Pero no, no fue posible por la condición de su naturaleza.
Pequeña fue su existencia. Aun así, recorrió más mundo que la roca de la cual se desprendió aquel día del derrumbe.